Con una identidad perfectamente definida y un nivel de calidad por encima de la media, Bodegas Arráez se ha consolidado como una de las firmas valencianas que mejor ha sabido adaptar sus estrategias para acercarse a nuevos perfiles de consumidores. La compañía de La Font de la Figuera, gestionada ya por la tercera generación de esta saga de vinateros valencianos, lleva una década apostando por democratizar el consumo de vino de calidad y acercarlo a sectores donde hasta hace poco el vino no tenía presencia con una imagen fresca y desenfadada que le ha servido para que sus vinos sean reconocibles y bien valorados.
Este mismo año los Arráez han finalizado la construcción de su nueva bodega, un recinto equipado con las últimas tecnologías y diseñada para optimizar al máximo todos los recursos de los que disponen. El propio Toni Arráez se ha encargado de distribuir los espacios en función de las necesidades puntuales en cada momento del año. La bodega cuenta con una zona de crianza y un espacio de trabajo diáfano y abierto a la naturaleza, desde donde se contemplan todos los viñedos que rodean la bodega, sobre los que Toni trabaja para recuperar varietales autóctonos del valle de alforins como la Forcallà, Arco o Verdil.
La nueva bodega está concebida para poder desarrollar un proyecto enoturístico que pasa por generar experiencias diferentes en torno al mundo del vino. Para visitar la nueva bodega de Arráez se puede tramitar la reserva a través de su página web o llamando al teléfono 673218559.
La apertura de la nueva bodega ha coincidido en el tiempo con la celebración del décimo aniversario del lanzamiento del tinto Mala Vida, un vino que supuso un antes y un después para la bodega y que abrió un proyecto de vinos “canallas” hoy perfectamente consolidado con referencias como Vivir sin Dormir, Bala Perdida, Vividor o Cava Sutra, vinos todos de una altísima calidad que se han abierto un hueco en el mercado y han sido pioneros en cuanto a su estética.

Pero al margen de esta línea de vinos más desenfadada, Toni Arráez ha creado de manera paralela una colección de vinos de autor en los que el enólogo ha puesto todo su buen hacer, apostando por las uvas que mejor representan esta zona y elaborando vinos mucho más finos y complejos. La gama Los Arráez es el resultado de un proyecto argumentado en variedades muy poco extendidas. Aunque sin renunciar a la estética ‘canalla’ –sello de la casa– en su imagen externa, lo cierto es que ‘Los Arráez’ aúnan tradición y atrevimiento a partir de tres vinos con carácter propio. El primero es una apuesta por las uvas autóctonas (en este caso la blanca Verdil) en un blanco de autor criado sobre lías.
El segundo es un guiño a la tradición familiar (mantiene el nombre de uno de los tintos que han acompañado a la bodega durante décadas, ‘Lagares’) y está hecho con uvas de Monastrell y Cabernet Sauvignon; mientras que el tercero, ‘Parcela 0’, representa el compromiso con el terruño que se elabora con una selección de las mejores parcelas que controlan en la zona. Por su parte, los monovarietales de Malvasía y Arcos completan hasta el momento una gama muy bien definida con producciones limitadas que en algunos casos no superan las 7.000 unidades para un proyecto que nace para situarse en lo alto de la pirámide de productos de Bodegas Arráez.
La compañía ha sabido también diversificar su línea de productos, y desde hace algunos años produce su propia cerveza con el sello Mala Vida. Hace apenas unos meses la bodega confirmó su alianza con el equipo de La Socarrada (cervecera artesana con sede en Xàtiva responsable de la cerveza de miel de romero Socarrada) y desde ahora incluye en su porfolio tres cervezas diferentes (las ya citadas y una más, Er Boquerón, hecha con agua marina) y un proyecto de “birraturismo” para acercar la cultura de las cervezas artesanas al consumidor.
